Gracias al vertiginoso desarrollo de las actividades industriales y comerciales es que hoy estamos operando fuera de las horas habituales de trabajo, de hecho, estamos trabajando a horas en las que deberíamos dormir (tener un nochero o guardia en nuestro edificio, contar con transporte cuando salimos a carretear, atención médica las 24 horas, etc). Las necesidades globales nos han convertido en una sociedad que opera las 24 horas del día, pero el costo de la modernidad y nuestras insaciables necesidades no han sido gratis; ya que nuestra salud, estilo de vida y comunicación con el entorno han sido gravemente afectada. Es por esta razón que en los últimos años ha surgido mucha evidencia científica que informa acerca de las consecuencias derivadas del trabajo en turnos rotativos ó Shiftwork.
El shiftwork puede generar enfermedades a través de la disrupción del sistema circadiano, alteración de patrones socio-temporales, cambios de comportamiento y salud en general. Dentro de los ritmos circadianos el ciclo sueño/vigilia es uno de los más afectados, llevando a quienes están sometidos a este tipo de horario a presentar fatiga, alteraciones cognitivas y trastornos mentales como ansiedad y depresión. A lo anterior se suma la aparición de trastornos gastrointestinales, cardiovasculares y mayor incidencia de cáncer de cólon y de mamas (lo que estaría profundamente relacionado con la desincronización de procesos fisiológicos internos coordinados por el sistema circadiano). La posibilidad de sufrir trastornos asociados al shiftwork no excluye a las mujeres embarazadas, ya que en el último tiempo ha aumentado el número de mujeres que trabajan durante su embarazo. Diferentes investigaciones científicas señalan que el shiftwork afecta la fisiología reproductiva pudiendo tener efectos adversos al aumentar la tasa de partos prematuros, abortos espontáneos y recién nacidos con bajo peso.
En el año 2007, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud OMS, clasificó al Shiftwork como un potencial carcinógeno en humanos. De hecho, el National Board Industrial Injuries de Dinamarca fue la primera entidad de gobierno en reconocer al cáncer de mama como enfermedad laboral, indemnizando a mujeres que lo desarrollaron a causa de su trabajo en turnos de noche (The Telegraph Marzo 2009). En abril del 2011, EMOL publicó un artículo donde los Doctores Charles Czeiler (Brigham and Women's Hospital,Boston) y William Fishbein (City University of New York) resumen los riesgos a los cuales se ven enfrentado los trabajadores sometidos a turnos nocturnos.
Con la explosión de información acerca de las consecuencias del Shiftwork, nosotros esperamos que las entidades que manejan las políticas de trabajo y de salud pública puedan incluir estos antecedentes, a fin de tomar medidas para regular los sistemas de turnos, adecuar las instalaciones de trabajo para disminuir el impacto de trabajar durante la noche ó hacerse cargo de los problemas de salud derivados del trabajo en turnos nocturnos. Pero, ¿Qué pasaría si no existieran las actividades que nos permiten ser una sociedad moderna de 24 horas?, ¿Se generaría un caos?, ¿Todo andaría más lento?, son preguntas que nacen luego de todos los antecedente presentados.